Seguro que has oído hablar a otras madres de la conocida “crisis de lactancia”. Especialmente en mamás primerizas, es un momento donde el bebé está creciendo y sus hábitos alimentarios varían. Hoy te contamos qué cambios está experimentando el pequeño y cómo afrontarlo para que tanto tú como el bebé podáis sobrellevar esta etapa de la mejor forma posible.

¿Qué es la crisis de lactancia?

La crisis de lactancia describre un periodo en el que un recién nacido muestra cambios en sus hábitos de alimentación y comportamiento durante la lactancia materna. Por lo general, ocurre alrededor de las edades de crecimiento rápido del bebé, a las dos semanas, a las seis semanas, tres meses y seis meses de edad, aunque las fechas pueden variar.

En plena crisis, el pequeño quiera amamantar con más frecuencia y durante momentos más cortos, o viceversa, en los que muestra menos interés por la alimentación y se distrae con facilidad. Estas crisis son un período temporal y suelen durar alrededor de 2 a 7 días y son consideradas como una etapa normal y natural de su desarrollo y no significan necesariamente que haya un problema con la producción de leche o que el bebé esté rechazando la lactancia materna. Estas son algunos de los aspectos más comunes que suelen aparecer durante la crisis:

  • Aumento de la demanda de alimentación. Durante la crisis de lactancia, el bebé puede querer amamantar con más frecuencia y durante períodos más cortos, pareciendo insatisfecho después de las tomas habituales.
  • Cambios en el patrón de sueño. Algunos recién nacidos tienen dificultades para conciliar el sueño o pueden despertarse reiteradamente durante la noche en plena crisis de lactancia.
  • Mayor inquietud o irritabilidad. Durante esta fase, los pequeños suelen estar intranquilos, llorar mucho más o mostrar signos de frustración.
  • Distracción durante la alimentación. Los bebés se vuelven en ocasiones más distraídos durante las tomas, ya que están más interesados en su entorno y pueden interrumpir la alimentación.

Síntomas y problemas comunes en la lactancia

Baja producción de leche

Algunas madres pueden preocuparse por tener un suministro insuficiente de leche. Esto se debe en ocasiones a factores como un agarre deficiente del bebé, falta de vaciado adecuado de los senos o problemas hormonales. En estos casos y ante cualquier duda, es importante acudir siempre a un especialista para examinar la situación.

Enganche del bebé al pecho

Es uno de los problemas más comunes durante la lactancia. Algunos pequeños encuentran dificultades para engancharse de forma correcta y esto puede deberse a distintas causas como una posición incorrecta, problemas de succión, cuando el agarre tampoco es adecuado o cuando el bebé tiene algún problema de coordinación.

Conductos de leche obstruidos

Un conducto obstruido ocurre cuando la leche no fluye correctamente, lo que puede causar una protuberancia dolorosa en el pecho.

Mastitis

Se trata de una infección en los tejidos mamarios que puede provocar inflamación, enrojecimiento, dolor y fiebre. Es importante descansar, amamantar o extraer leche con frecuencia y, en algunos casos, puede ser necesario el uso de antibióticos para tratar el problema.

Lactancia dolorosa

Es realmente habitual experimentar sensibilidad o dolor en los pezones durante los primeros días o semanas de lactancia, causado por el agarre o la posición del bebé, además de los distintos cambios hormonales. También suelen aparecer grietas en los pezones por el continuo acto de amamantar.

¿Cómo superar la crisis de lactancia?

Cada bebé y cada mamá son distintos, pero para superar las crisis de lactancia siempre hacen falta dos ingredientes esenciales: dosis de paciencia y una buena rutina. Además, estos consejos pueden ayudar a aliviar la inquietud de los peques:

Aumenta la frecuencia de las tomas, pero no obligues al bebé a comer

Responde a sus señales de hambre y ofrécele el pecho con mayor regularidad. Esto ayudará a aumentar la producción de leche y satisfacer su demanda. Aunque siempre teniendo presente sus necesidades, nunca se le debe obligar para no aumentar la frustración o enfado.

Encuentra un lugar tranquilo

Crea un ambiente tranquilo y cómodo durante las tomas. Minimiza las distracciones y busca un lugar sosegado donde puedas relajarte mientras le das el pecho al bebé. Esto puede ayudar a que se concentre en la alimentación.

Busca apoyo especial

Si estás pasando por una crisis de lactancia y tienes dudas, busca apoyo de un profesional de la salud especializado en lactancia materna. Ellos pueden brindarte orientación específica y apoyo emocional durante este período. Recuerda que la crisis de lactancia es temporal y, en la mayoría de los casos, la lactancia se normaliza nuevamente. Con tiempo, paciencia y apoyo adecuado, podrás superar esta etapa.

Alimentación complementaria y destete gradual

Además de una complementación con alimentos cada vez más sólidos es importante, -en el momento que lo sientas-, comenzar el destete gradual.  Puedes probar con una comida al día e ir aumentando gradualmente a medida que el bebé se acostumbre a este tipo de comidas.