Seguramente, si te hablamos de Louise Brown, en un primer momento, no sabrás de quién se trata. Pero si te decimos que ha sido la primera “bebé probeta” del mundo, nacida hace 40 años mediante Fecundación In Vitro, quizá ya te resulte más familiar su nombre. Su caso, se convirtió en todo un hito científico y social de la época, permitiendo desde aquel año 1978 hasta nuestros días, hacer realidad el sueño de miles y miles de parejas que no podían concebir de forma natural, trayendo al mundo a más de seis millones de bebés, gracias a la reproducción asistida.

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Tras diez años de ensayos, un primer intento fallido en 1975 y 60 pruebas practicadas a la paciente después, dos médicos, el fisiólogo Robert Edwards, premio Nobel de Medicina en 2010 y el ginecólogo, Patrick Steptoe consiguieron fecundar un óvulo de la madre, Lesley Brown, en el laboratorio y devolverlo al útero con éxito. Finalmente, fue en la mañana del 25 de julio de 1978 a las 11:47 horas en la clínica Bourn Hall de Cambridge (Reino Unido), cuando nacía con 2,600 kilos y 49 centímetros y una salud excelente, Louise Joy Brown, haciendo historia.

primer niño probeta

En aquel instante, su alumbramiento no sólo acaparó las portadas del mundo entero, sino que también, llenó de esperanza y de polémica, a partes iguales, a la sociedad de aquel entonces, sobre todo entre el sector más conservador y religioso de la época. Afortunadamente, desde aquélla célebre fecha hasta ahora, las técnicas de FIV, no sólo, ya se asumen y aceptan con absoluta normalidad, sino que además mejoran y evolucionan a pasos agigantados día a día.

 

El éxito de la FIV hasta nuestros días

Desde que naciera el primer embrión fecundado artificialmente hasta hoy, la técnica FIV clásica, creada en un laboratorio, para logar unir óvulos y espermatozoides y alcanzar la fecundación y el desarrollo embrionario deseado, ha ido perfeccionándose, llegando incluso a aumentar de forma considerable las cotas de éxito obtenidas anteriormente.

De hecho, en la actualidad, existen dos modalidades: una, la Fecundación In Vitro convencional y dos, la que se realiza, llevando a cabo una micro inyección de espermatozoides para la fecundación, conocida también como técnica ICSI, siendo esta última, la más utilizada a día de hoy.

Como muestra de la alta efectividad y la gran confianza que generan a día de hoy, los tratamientos de reproducción asistida, en las parejas que acuden diariamente a clínicas para someterse a un proceso de fecundación, según publicó la Sociedad Española de Fertilidad en el año 2016, de los 157 ciclos que se llevan a cabo en nuestro país, 117 mil se realizan mediante FIV, mientras que los 40 mil restantes, se hacen a través de Inseminación Artificial. Con estos datos en la mano, España no sólo se ha colocado a la cabeza de Europa en este tipo de tratamientos, sino que además ha logrado convertirse en referencia internacional en dicha materia.

 

El futuro de la Fecundación In Vitro

Aunque bien es cierto, que el éxito de los tratamientos de reproducción asistida, dependen en gran medida de la edad biológica de la mujer y de la calidad de los embriones que se transfieren, está comprobado que, utilizando la técnica adecuada y adaptada a cada caso o recurriendo, por ejemplo, a una donación de óvulos, más del 70% de las parejas infértiles pueden lograr fecundar un hijo en un plazo de cinco años.

Sin embargo, en el caso de no conseguirlo, se torna fundamental acudir a expertos en fertilidad, equipos de profesionales como, por ejemplo, el nuestro de FIV4, que sean capaces de ofrecer la solución que mejor convenga a cada paciente.

De hecho, uno de los retos que se plantean y que se pretenden conseguir en el futuro más inmediato de la medicina reproductiva es, por un lado, lograr un embarazo único con un niño sano a través de tratamientos cada vez más personalizados y menos invasivos y, por otro lado, alcanzar el objetivo mediante un trasplante de útero.

Conclusión

La Fecundación In Vitro (FIV), sin duda, supuso hace 40 años una revolución para la fertilización asistida, que llenó de esperanza a millones de parejas de todo el mundo, deseosos de ser padres en pleno siglo XX y lo seguirá haciendo, a través de técnicas cada vez más evolucionadas, logrando así, nuevos hitos que llegarán a marcar la medicina reproductiva presente y futura de nuestra era.