Cuando inicias una convivencia en pareja o en solitario, casi siempre llega ese momento en la vida, en el que el deseo de formar una familia, de vivir la experiencia del embarazo, del parto y de la crianza de un hijo se convierte en tu mayor prioridad y abrazar a tu bebé cuanto antes, en tu mejor sueño.

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Sin embargo, el ritmo acelerado de la vida, el estrés e incluso sufrir ciertas patologías o enfermedades que afectan tanto a la fertilidad femenina como a la masculina pueden dificultar nuestra capacidad de concebir. Por esa razón y tras intentarlo de forma natural más de un año, muchas parejas o mujeres solteras deciden someterse a tratamientos de reproducción asistida para ver cumplido su sueño de ser padres o madres.

Para lograr este fin, las técnicas más utilizadas son principalmente dos: la inseminación artificial y la fecundación in vitro, pero ¿sabes en qué se diferencian?

En las siguientes líneas, el equipo de FIV4 te explicará en qué consisten ambos tratamientos y en qué casos elegir una u otra opción.

¿Qué es la inseminación artificial y cuándo se recurre a ella?

Se trata de una técnica sencilla a la que se recurre en primer lugar, ya que no precisa de intervención quirúrgica. El método consiste en seleccionar una muestra apta de espermatozoides procedentes de la pareja o de un donante anónimo para depositarla en el interior del útero femenino. Para que la terapia sea efectiva es necesario inducir la estimulación ovárica y llevar a cabo dos fases más. Los especialistas recomiendan recurrir a la inseminación artificial cuando se dan los siguientes casos:

  • La pareja lleva intentando concebir sin éxito menos de dos años.
  • Mujeres y parejas jóvenes menores de 38 años.
  • Imprescindible que una de las trompas de Falopio sea permeable.
  • Mujeres con problemas ovulatorios leves.
  • Alteraciones seminales o esterilidades masculinas de poca importancia.
  • Disfunciones leves en el cuello del útero.
  • Jóvenes con hiperprolactinemia, ovario poliquístico o con una endometriosis mínima.
  • Esterilidad de origen desconocido.

 

¿Qué es la Fecundación In Vitro y cuál es el perfil de paciente ideal?

Esta técnica, muy al contrario de lo que ocurre en el caso anterior, conlleva un procedimiento bastante más complejo, que requiere unir y fertilizar dentro del laboratorio un óvulo y un espermatozoide para poder concebir. La tasa de éxito registrada a través de la Fecundación In Vitro es bastante mayor a la lograda a través de otros métodos de reproducción asistida.

La diferencia principal en este caso, es que SÍ se necesita, que la paciente pase por quirófano para proceder a la extracción de óvulos mediante una punción ovárica. Pero para obtener un número apto de embriones y poder transferirlos al útero materno es preciso que la mujer se someta antes a la estimulación ovárica a través de la administración de hormonas.

Al tratarse entonces de un procedimiento largo y duro se suele acudir a él, cuando todas las demás opciones, como por ejemplo, la inseminación artificial han fallado. Por tanto, ¿quiénes deberían optar por esta técnica?, ¿en qué casos es recomendable acudir a la FIV?

  • Cuando existe una esterilidad que supera los 24 meses.
  • Si se es mayor de 38 años.
  • Cuando incide un factor genético.
  • Cuando la reserva ovárica es baja.
  • Si hay patologías ginecológicas como la endometriosis quística severa.
  • Si se tienen las trompas de Falopio obstruidas.
  • Cuando hay una esterilidad masculina grave.

 

Conclusión

Tanto la Inseminación Artificial como la Fecundación In Vitro son tratamientos de reproducción asistida muy diferentes entre sí que requieren cumplir con unos parámetros muy concretos para poder someterse a ellos.

Aunque ambas técnicas, gracias al gran avance de la investigación y a las nuevas tecnologías, van adquiriendo tasas de éxito cada vez mayores, es importante que antes de optar por una de ellas, consultes con un equipo especializado, como el  que forma FIV4, para realizar un buen diagnóstico genético, un estudio completo de fertilidad, aplicar el tratamiento más adecuado y finalmente poner toda nuestra experiencia e ilusión en hacer realidad el proyecto más importante de los futuros padres. ¿Quieres compartir con nosotros tu mayor aventura?