“Doctora, ¿qué me puede pasar si hago una fecundación in vitro?”. Esta es una pregunta que nos hacen a menudo y que nosotros debemos explicar en la consulta. Somos los actores principales a la hora de realizar esta técnica, los médicos especialistas.

En el laboratorio, donde trabajan médicos analistas, biólogos, farmacéuticos y veterinarios, no existen estas complicaciones, las cuales pueden afectar a las pacientes que se someten a una técnica de FIV.

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¿Por qué digo esto? Porque ante cualquier eventualidad, de las que os hablaré posteriormente, el médico especialista es el único que tiene el conocimiento, la capacidad y la autoridad legal para resolverlas.

Cuando preguntáis si os puede pasar algo, se lo preguntáis al ginecólogo que os está atendiendo, pues es el responsable de vuestro tratamiento y de las posibles complicaciones que pudieseis sufrir. Por lo tanto, la responsabilidad recae en la persona que, como digo, está capacitada y autorizada para tal menester.

Las complicaciones que pueden surgir, aunque mínimas, son las siguientes:

Complicaciones con la anestesia

En primer lugar, creemos que la anestesia se debe aplicar, por muy sencilla que sea, en un quirófano autorizado (no en una sala blanca). En caso contrario, se corre el riesgo de sufrir bronco aspiraciones y reacciones vágales que pueden llegar a paradas cardiorrespiratorias. También otras derivadas del tipo de anestesia, como pueden ser las loco regionales, cefaleas, meningismos e hipotensión, entre otras. Requiere instalaciones con salas de reanimación.

Complicaciones con la punción

Lo primero que debemos saber es dónde se nos va a hacer la punción. Pensamos que lo correcto sería hacerla en un quirófano y por gente cualificada en cirugía. ¿El motivo? Porque la complicación más grave que podéis sufrir es la hemorragia, que puede ser desde un vaso de la vagina (que tendría fácil solución) hasta un hemoperitoneo por desgarro de una vaso iliaco.

En este caso, se requiere un ginecólogo experto que pueda hacer una laparoscopia o una laparotomía de manera inmediata y eso solo se puede hacer en un quirófano hospitalario.

No os queremos meter miedo, pues estas situaciones se producen pocas veces, pero no por eso debemos dejar de trabajar con todo tipo de seguridad.

Otra posible complicación es la infección, ya sea por arrastre de microorganismos de la vagina hacia la cavidad abdominal o por puncionar asas intestinales, además de hidrosalpinx o endometriomas. Estas complicaciones implicarán un tratamiento médico y podrían derivar, según el avance de la infección, en intervenciones quirúrgicas.

También se pueden lesionar los uréteres, por lo que el ginecólogo debe estar familiarizado con la anatomía pélvica y con el uso de la ecografía.

Como veis, aunque es una técnica que raramente da complicaciones, sucede como con las meigas, que “haberlas haylas”. Nuestro consejo es que elijáis un centro que os dé todas las garantías, tanto profesionales como a nivel de instalaciones.

 

Fdo.: Dra. Begoña Arnott

Medico especialista en Ginecología y Obstetricia

Nivel III de ecografía

Máster en Reproducción Humana