La primera ecografía tras conocer el embarazo es un momento inolvidable y crucial, sobre todo si se produce tras un Tratamiento de Fecundación In Vitro. Aunque los primeros momentos aún son de cierta incertidumbre y desasosiego por parte de la madre y la familia, se trata de una prueba que arroja luz sobre ese positivo de embarazo. Desde FIV4 analizamos en profundidad en este post todo sobre esta primera exploración: ¿cuándo se realiza?, ¿qué implica?, ¿qué información se extrae de ella? ¡Sigue leyendo!

¿Cuándo se realiza la primera ecografía tras un tratamiento de FIV?

Esta es la primera pregunta que surge a las pacientes que se han sometido a un tratamiento FIV y han obtenido un resultado positivo. La ecografía tras una beta positiva se debe realizar entre la quinta y la séptima semana de gestación, es decir, entres dichas semanas después de la transferencia de los embriones.

⮞ ¿Cómo se realiza esta prueba post transferencia?

Esta primera ecografía se realiza por vía vaginal, una forma de apreciar con todo detalle y nitidez las imágenes. Además, es un método que no provoca daños ni ninguna consecuencia negativa en el desarrollo del embarazo.

Aunque es importante mencionar que tras esta primera ecografía se resolverán muchas de las dudas iniciales, el seguimiento maternofetal continuará durante el primero, segundo y tercer trimestre. Es decir, esta sería la primera prueba de control, al igual que sucede en un embarazo natural. Posteriormente, se realizan un mínimo de tres ecografías obstréticas donde se valora el crecimiento y correcto desarrollo del feto. El número de ecografías puede variar, dependiendo siempre de cada caso particular y si existe algún riesgo o presencia de patología.

¿Qué se ve en la ecografía de implantación del embrión?

Cuando el tratamiento de FIV ha finalizado y la prueba beta ha sido positiva, el siguiente paso es la ecografía, una prueba rutinaria de control que se realiza en las primeras semanas para comprobar la situación actual del embarazo. Estas son las estructuras que el ginecólogo observará:

  • Saco gestacional. Esta estructura se muestra como una imagen oscura a la que rodea un halo blanquecino y está localizada dentro del útero, más concretamente en el endometrio. Es la que aparece de manera precoz.
  • Vesícula vitelina. Aquí hablamos de una estructura vestigial, la cual se muestra durante el inicio del desarrollo del embrión. En la ecografía aparece como una circunferencia de color blanco.
  • Botón embrionario. Se trata de una masa de células embrionarias que serán las encargadas de formar los futuros órganos del feto. Se muestra unida o pegada a la vesícula vitelina, pero no es conveniente realizarla antes de la semana número 6, ya que no suele apreciarse.

¿Por qué es importante la ecografía tras la transferencia embrionaria?

Esta prueba es realmente importante tras la beta positiva. Como sucede en la primera ecografía por métodos naturales, ofrece cierta información muy útil para conocer cuáles serán los siguientes pasos. Algunas de las aclaraciones que ofrece son:

  • Se descarta o se confirma la existencia de un embarazo ectópico (fuera del útero).
  • También se conoce si el embarazo es o no múltiple (posibilidad de gemelos).
  • Análisis del estado del embrión, aunque algunas pruebas no son concluyentes, en este paso se advierten ciertos aspectos y es el momento ideal para realizar más pruebas y actuar a tiempo.

Si tras la fecundación has tenido sangrado vaginal, esta ecografía despejara todas tus dudas, los sangrados no siempre están relacionados con malas noticias.

¿Qué ocurre si las imágenes no son buenas o el estado de las estructuras no es el esperado?

Tras la primera ecografía, cuando el análisis no está claro o los datos obtenidos no son los esperados, la incertidumbre y las dudas afloran en las pacientes y aparece la temible pregunta: “¿Ya no hay embarazo?”. Tras la prueba es importante ser muy cautos en la interpretación de la misma. Estas son algunas de las conclusiones que pueden inducir a error:

  • Diferencias en el desarrollo del embrión. Al situarnos en un momento realmente precoz del embarazo, pueden existir importantes variaciones en el desarrollo del embrión. En algunas ocasiones, este tamaño debe ser comprobado de nuevo varios días más tarde.
  • Variabilidad en la calidad de la imagen según cada paciente. Cada mujer cuenta con una morfología distinta, por lo que la trasmisión de los ultrasonidos a través de los tejidos puede cambiar.
  • Ubicación del útero y el saco gestacional. Otro aspecto que puede enmascarar la nitidez de las imágenes, es la distancia que existe entre la sonda y el saco gestacional, esto puede alterar realmente la percepción de la imagen.

Por ello, recuerda, la última palabra siempre la tendrá el especialista que será quien te aconseje y te acompañe en este proceso.

Si aún tienes dudas sobre el procedimiento o los resultados de esta primera ecografía, no te preocupes, en FIV4 estamos a tu disposición para dar respuesta a todas las preguntas que puedan surgirte durante el proceso. Llámanos o visita nuestras clínicas de fecundación en Oviedo o Gijón.

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